Tuvo que ser la siempre incómoda visita chiclanera al Municipal, la que rompiera el candado serrano hasta ayer inexpugnable. Lejos del resultado, demasiado cruel para los méritos de cada conjunto demostrado en la fría y lluviosa mañana villamartinense, lo cruel fue el incansable esfuerzo de los de Manolo & Nino, quienes llegaron a embotellar a los rojinegros en su área, tras un 0-1 que no podía ser tan inmerecido como efectivo. La ventaja chiclanera resultaría siendo clave y un lastre para una UDV, que nunca supo asimilar una desventaja ,que terminaría pesando más que las ganas y las imnumerables ocasiones serranas.

El segundo tiempo no dudó en cobrar el peaje del esfuerzo y las ocasiones marradas locales, ante un inteligente líder que tras amasar el preciado botín de la ventaja en el primer periodo, tiró de orden, físico y calidad, para poner el 0-2 ante la salida de Kasqui. Sierra estuvo a punto, solo un minuto después, de acortar distancias, en una de esas ocaciones que raras veces el bornense no manda a la red. Pero lo que sí llegó fue el 0-3, con uno de esos golazos por la es cuadra, de los que te salen cuando te sale todo.

Pese a ello, la UDV nunca entregó la cuchara, tirando de orgullo para acortar distancias, con un gol que llegó en las postrimerías por medio de Nene (1-3).

Demasiado castigo para una UD Villamartín que vio parado en seco su proyección y escalada a una parte alta, comandada por un, hasta ahora, líder con quizás la más poderosas de las armas que finalmente pueda decantar la disputada lucha por el ascenso, el chic ganador.

Toca levantarse, como siempre se ha hecho y que la primera derrota en el Municipal, no empañe la gran campaña que una humilde plantilla está realizando frente a lluvias, vientos y mareas, por medio de ilusión y encomiable entrega.